¡Aldo de Nigris se corona campeón de La Casa de los Famosos México 3!
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Antes de que las luces del “Galifest” se encendieran y los reflectores apuntaran a los exhabitantes de La Casa de los Famosos México 3, la gran fiesta con la que Galilea Montijo celebra a los participantes, Aldo De Nigris ya estaba protagonizando su propio fenómeno mediático. Horas antes, mencionó haber ido a “moll Pedregal”, sin estar del todo seguro del nombre. Tal vez fue Terraza Pedregal, quizá Centro Comercial Pedregal… da igual: ese “moll” se volvió un código instantáneo entre fans y detonó una ola de reacciones que lo posicionaron como el rostro más humano y auténtico de la temporada.
Apenas unas horas después de salir de la casa, Aldo eligió la calma en lugar de la celebración. Fue visto en ese centro comercial en la zona de Pedregal, sin cámaras ni discursos, simplemente caminando solo, como quien necesita respirar tras una larga travesía, sin cámaras ni discursos, simplemente caminando solo, como quien necesita respirar tras una larga travesía. Muchos interpretaron ese gesto como una búsqueda de paz. No fue una pose ni una estrategia; fue un momento real.
Lo que sorprendió a muchos fue que, a pesar del cansancio evidente, Aldo se tomó el tiempo de tomarse fotos y grabar saludos para los fans que se lo pedían en el centro comercial. Entre miradas cómplices, algunos descubrieron que su guapura en pantalla no era casualidad: en persona se veía igual o mejor. Pero más allá del físico, lo que más resaltaron fue su autenticidad. “Es exactamente igual que en la casa”, decían. Sin dobleces, sin personaje. Solo Aldo.
Más tarde, sí asistió a la esperada fiesta organizada por Galilea Montijo, aunque decidió retirarse temprano. En una charla con Adrián Dimonti, compartió detalles de su visita al moll y mencionó que había comido en Subway, aunque sus historias en Instagram también revelaron que pasó por una popular cadena de pollo frito. Los fans, que conocen su buen apetito, no dudan que visitó ambos lugares. Si algo define a Aldo, es su capacidad de disfrutar intensamente tanto las emociones como los antojos.
Con humor y naturalidad, Aldo contó: “Fui a la plaza aquí en Ciudad de México por un Kentucky y me empezaron a pedir fotos, y fue ahí cuando me empezó a caer en 20 y dije ‘este pedo, pues sí es viral”.
En redes sociales confesó que, tras su salida de La Casa de los Famosos, no durmió en más de 40 horas y que aún no había hablado con su familia, aunque aseguró que “todo valía la pena”. Aún procesando lo vivido, recordó entre risas su “travesura” de salir solo al centro comercial, sin asimilar del todo que hoy es un personaje conocido incluso a nivel internacional.
Y es que sin pretensiones ni filtros, Aldo mostró en la casa su lado más vulnerable. Eso fue, precisamente, lo que lo volvió viral: una autenticidad que no solo fue notada, sino deseada. El regiomontano no buscaba fama vacía, sino conexión real. Y la encontró.
Lejos del guion del reality, Aldo se conectó con millones a través de lo más simple: su humanidad. No necesitó cámaras para seguir siendo noticia. El famoso que se escapa al “moll” no lo hizo para esconderse, sino para encontrarse. Y sin buscarlo, se volvió símbolo. En tiempos donde todo parece calculado, su autenticidad fue su mejor estrategia.
Su retirada temprana del Galifest no fue una ausencia, sino una declaración. Aldo entendió —o tal vez solo intuyó— que hay otro tipo de fama: la que nace del silencio, del cansancio sincero, del agradecimiento genuino. El campeón no solo ganó un reality: se ganó el respeto y el cariño de millones. Y lo hizo siendo él mismo.
*Este texto fue revisado por una inteligencia artificial