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21 septiembre, 2025
La historia, el amor y el cine se encontraron este fin de semana en La Abadía Retuerta LeDomaine, un monasterio del siglo XII convertido en hotel de lujo, situado en Valladolid. Fue allí donde Stella del Carmen Banderas, hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, se unió en matrimonio con el economista Alex Gruszynski, en una ceremonia íntima pero deslumbrante que reunió a rostros conocidos de Hollywood y a familiares cercanos.
El evento, cuidadosamente resguardado por un dispositivo de seguridad reforzado, se celebró en un entorno de ensueño: viñedos interminables, arquitectura centenaria, una bodega con estrella Michelin, spa de autor y una atmósfera de profunda serenidad. Un escenario digno de una película, perfecto para sellar un amor que lleva más de 25 años gestándose.
Entre los invitados se encontraban figuras como Dakota Johnson, Trudie Styler, Don Johnson y las hermanas Malia y Sasha Obama, quienes ingresaron discretamente en vehículos privados, respetando el deseo de privacidad de los novios.
En los días previos al enlace circularon rumores sobre una posible actuación de Chris Martin, vocalista de Coldplay, ex pareja de Dakota Johnson. Sin embargo, Antonio Banderas aclaró personalmente que el músico no acudió al evento ni formó parte de la celebración. Sí confirmó, en cambio, la presencia de Dakota, quien acompañó a su hermana en este día tan especial, aunque sin participación artística prevista.
Sin embargo, uno de los momentos más comentados fue protagonizado por el mismo Antonio Banderas. Conmovido por la ocasión, salió espontáneamente al encuentro de la prensa que aguardaba fuera de la finca. Con su característica cercanía, no solo atendió a los medios con una sonrisa llena de orgullo, sino que, copa en mano, levantó un brindis en honor a su hija, al amor y a todos los que acompañaron el momento. Durante el gesto, una copa se rompió y el actor, entre risas, exclamó: “¡Eso trae suerte! ¿Alguien más quiere romper la suya?”
“Ha sido muy bonito, muy emocionante, y estamos muy contentos. Ha habido lagrimillas”, confesó. “Ellos se conocen desde que tenían cuatro añitos… es una relación muy larga, en el fondo, de 25 años”. Emoción, orgullo y alegría se mezclaban en cada palabra. “Este ha sido un día muy especial, lleno de recuerdos y momentos inolvidables.”
El actor, quien también ofició como padrino, agradeció el respeto con el que se desarrolló todo el evento. “Ha sido una boda sencilla, elegante y muy íntima. Lo que de verdad brilló fue el cariño. Me siento inmensamente feliz.”
La ceremonia concluyó al atardecer con una celebración en los jardines del monasterio, donde la pareja fue rodeada por aplausos, abrazos y emoción contenida. En medio del glamour, la discreción y la historia viva del lugar, el amor fue el verdadero protagonista.
Y mientras el sol caía sobre los viñedos de Valladolid, Antonio Banderas seguía sonriendo, sabiendo que su hija acababa de comenzar una nueva etapa. No como actriz, ni como hija de dos leyendas, sino como una mujer enamorada que eligió caminar de la mano con quien ha estado a su lado toda la vida.
*Este texto fue revisado por una inteligencia artificial