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La ex conejita Holly Madison reveló que estuvo a punto de quitarse la vida en el baño de la mansión Playboy, cuando era la novia #1 y favorita de Hugh Hefner.
En sus libro “Down the Rabbit Hole: Curious Adventures and Cautionary Tales of a Former Playboy Bunny”, que será publicado el próximo 23 de junio, Madison revela su pasado, desde que se fue de su casa en Oregon para ser una modelo a la popular mansión donde se convirtió en la mujer que dormía junto al magnate, “un hombre con la edad suficiente para ser mi abuelo”.
Reveló que el magnate de Playboy, de 89-años de edad, le ofreció drogas la primera vez que se conocieron, en agosto de 2001.
“¿Quieres un Quaalude?, Hef preguntó, inclinándose hacia mí con un montón de grandes pastillas en sus manos, unidas por un tejido arrugado, Madison escribió en sus memorias. Después de que ella negó las drogas Hef no perdió el ritmo : Muy bien, eso es bueno´, dijo con indiferencia. ´ Por lo general, yo no apruebo las drogas, pero ya sabes, en los años 70 solían llamar a estas píldoras abridores de muslo'”.
Acabò por pasar la noche en la mansión y pronto se mudó, pero ahora se lamenta de todo.
“Quiero gritar ‘PAUSA!’ y congelar-enmarcar ese momento de mi vida. Quiero agarrar esa joven, sacudirla de vuelta a la realidad y gritar: “¿Qué demonios estás pensando?”, escribe en sus memorias.
Sobre la intimidad con Hefner revela: “Well, no había intimidad, ni besos y todo era muy rápido… muy rápido”.
Según informó “People”, la ex conejita no pasó un buen tiempo en la conocida mansión, ya que la competencia con las otras mujeres y el constante drama la llevaron a una profunda depresión.
Su vida dentro de la casa era miserable y que no glamorosa como la gente lo ve desde fuera. “Todos creen que la reja de metal es para mantener a todos fuera, pero llegué a sentir que era para mantenerme a mí encerrada”, dice.
En el año 2002 pensó en quitarse la vida, cuando estaba en su bañera. “Si sólo pongo mi cabeza bajo el agua y respiro profundo, todo terminaría”, recuerda Madison que pensó en aquel momento.
“Aprendí que Hef era manipulador y que nos ponía una en contra de la otra. Me dí cuenta que no me trataba bien. Pero ya estoy harta de temerle a las personas. Ya no le tengo lealtad a Hef, no he hablado con él en cuatro años, así que tampoco hay razón como para ponernos en contacto. Además, es la verdad”, agrega.
Según cuenta, cuando finalmente decidió abandonar la mansión, Hefner intentó hacer el último movimiento para retenerla, nombrándola en su testamento.
“Estaba ahí, en blanco y negro. El testamento decía que cuando él muriera, Holly Madison obtendría tres millones de dólares, sólo si seguía viviendo en la mansión… Pero no lo quería. No pude evitar sentirme ofendida, ¿de verdad creía que me podía comprar? Puse la carpeta en la cama tal como la había encontrado y nunca hablé una palabra de eso”, revela en el libro.
“Salir con un multimillonario no significa que todo será bueno”, menciona Madison en su libro.
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