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30 junio, 2019“El Rey del Pop está muerto”, fue el reporte que conmocionó al mundo por parte de Los Ángeles Times el jueves 25 de junio del año 2009.
Un familiar cercano a Michael Jackson, de 50 años, confirmaba a TMZ que la causa de su muerte fue por una sobredosis de demerol, semejante a la morfina, que le era administrado bajo recetas médicas por dolores en la espalda que padecía.
Era conocido el abuso que el artista tenía con narcóticos, al paso de las investigaciones, se determinó que el doctor de Michael, Conrad Murray, cometió abuso con su paciente al suministrarle altas dosis de propofol para causarle el sueño, ya que el artista tenía problemas para dormir. El medicamento es destinado para su uso exclusivo solo durante una cirugía y otros procedimientos médicos, pero no para aliviar el insomnio.
Reportes extraoficiales indicaban que el cantante fue encontrado sin respiración en su residencia; y en el acto los paramédicos llegaron a su auxilio y trataron de darle resucitación cardiopulmonar antes de trasladarlo al hospital UCLA Medical Center de Los Ángeles, pero todo fue en vano.
Los primeros medios en informar la trágica noticia fueron Los Angeles Times y TMZ, los reportes eran que su muerte fue a consecuencia de un paro cardiaco.
TMZ detalló que el arribo de Michael Jackson al hospital fue todo un caos y personas cercanas al cantante gritaban:
¡Tienen que salvarlo, Tienen que salvarlo!
La Toya hermana del astro del pop, no pudo evitar llorar después de que le fue confirmada la noticia de la muerte de Michael.
Medios en todo el mundo corroboraron la noticia que nadie deseaba escuchar: el rey del pop ha muerto.
Lo que llevó a la muerte a Michael fue el propofol que se le suministraba diariamente, anestésico que el artista demandaba, y una dosis le fue inyectada a las 11:30 horas del día de su fallecimiento, poco después le vino el paro cardiaco.
Orlando Martínez, uno de los detectives que lideró la investigación, declaró en un documental de Quest Red sobre el crimen de Michael Jackson: “Tenía suficiente propofol en él como para dejar caer a un rinoceronte …”
Al arribar paramédicos del 911, el cantante se encontraba muerto y quisieron pronunciar su muerte, pero su médico Conrad Murray no lo permitió y exigió que le dieran resucitación por una hora, los paramédicos detectaron que ya le habían suministrado lidocaína, que estimula el ritmo cardiaco.
Su muerte se consideró como un homicidio sin premeditación; y el forense determinó que Jackson recibió un cóctel de fármacos antes de morir, aunado al Propofol.
El galeno fue llevado a juicio y el fiscal subrayó que Murray violó todos los principios de la profesión médica, pero su defensa argumentó que la estrella fue víctima de sus miedos y el único responsable de su muerte.
Según el fiscal, David Walgren, desde primeras horas de la madrugada del día 25, Murray comenzó a inyectar sedantes a Jackson pero no le hacían efecto.
Según el fiscal, “Jackson tenía una total incapacidad para lograr dormir”.
Pasadas las siete y media de la mañana, el músico suplicó que se le inyectara su “leche”. Así denominaba el astro a la solución blanca y aceitosa que finalmente terminó con su vida.
Su presentación en Londres con el concierto “This Is It” y su pacto de lograr 50 conciertos fue lo que le llevó a inyectarse el anestésico para descansar, se planteó en el juicio.
Más allá de satanizar el propofol, la comunidad médica planteó que el artista fue víctima de un médico incompetente.
“Michael Jackson fue asesinado por un médico imprudente e incompetente”, dijo el Doctor El Dr. Steven Shafer de la Universidad de Stanford, quien participó en el juicio de la muerte del Rey del Pop.
Murray, de 60 años, fue condenado a cuatro años de cárcel por homicidio involuntario, pero sólo pasó dos años tras las rejas por buena conducta.
Pese al odio que recibió por parte de todos los fans de Jackson en el mundo, el médico nunca sintió que le hiciera daño al célebre cantante de “Thriller”.
“Amo demasiado a Michael. Yo soy sin duda más admirador de Michael que la mayoría” de la gente, declaró Murray al salir de la cárcel.
La familia Jackson no buscó venganza contra Murray: “No hay nada que pueda hacerse hoy que traiga a Michael de vuelta”,señalaron.
El propofol causó el sueño eterno de Michael Jackson, y pese a la advertencia que le hiciera una enfermera, que se negó a darle la sustancia, él le afirmó que su tiempo con la anestesia era el mejor sueño que había tenido nunca.