
Gerardo Ortiz llenó de amor a sus fans
3 May, 2019
Son más Pandora que nunca
5 May, 2019
Un romanticismo por partida triple fue lo que ofrecieron Francisco Céspedes, Carlos Cuevas y Jorge Muñiz ante 6 mil personas (cifra oficial) reunidas en la Arena Monterrey.
Los cantantes dejaron demostrado que el amor no pasa de moda, al desplegar su romanticismo musical esta noche.
Ante los regios, los intérpretes hicieron gala de su talento vocal en el “Hagamos un trío”, concierto en el que demostraron que siempre hay tiempo para la ternura y el amor a través de la música.
Los íconos de la bohemia hicieron un recorrido musical por los más inolvidables boleros, baladas y temas famosos en voces de reconocidos cantantes como Armando Manzanero, José José y José Alfredo Jiménez.
“Fina estampa” y “Sabor a mí” fueron melodías interpretadas por Muñiz, las cuales fueron coreadas por los asistentes.
Entre los invitados estuvieron los intérpretes regiomontanos César Rodríguez y Mercedes Rubio, quienes acompañaron a Carlos Cuevas y Francisco Céspedes, respectivamente, lo que le dio un tono familiar a la velada romántica.
Durante el show, Cuevas y Céspedes le cantaron “Las Mañanitas” a Muñiz, quien cumplió 56 años, quien hasta sopló la velita a un pastel que no era de utilería,y el público les hizo coro.
El momento chusco llegó cuando Muñiz hizo referencia al reguetón como el género musical con el que nadie se podría enamorar, pero sí con aquella música con la que sus padres “fajaron” alguna vez, lo que provocó las carcajadas del público.
“Contigo aprendí”, además de ser una melodía que Céspedes dedicó a Elena Tamez García, quien estaba entre el publico, fue también la primera canción del segmento dedicado a hacer un homenaje triple a Armando Manzanero.
“Adoro” fue también interpretada a tres voces y fue ofrecida en una divertida versión a la “Bronco”. La camaradería y buen humor entre los cantantes se hizo presente.
“¡Que viva Monterrey!”, fue el grito constante del cubano.
La admiración de Céspedes por el mexicano Javier Solís, de quien se dijo admirador desde pequeño en su natal Cuba, se hizo patente con la inclusión de la melodía “Sombras nada más”, la que fue muy bien recibida por la audiencia.
Chistes y canciones, albures y frases en doble sentido hicieron la delicia de los asistentes.
También hubo piezas musicales de desamor, como “La media vuelta”, de José Alfredo Jiménez.
Entre los chascarrillos hubo uno dedicado al episodio en que Luis Miguel se alteró y golpeó a un ingeniero de sonido en uno de sus conciertos, cuando interpretaron “Adoro”.
Bromearon hasta del por qué Muñiz permanecía de pie, a lo que refirió tener hemorroides, lo que también provocó risas.
El segmento dedicado a José José fue de lo más celebrado, pues ya estaban entre el público para tener una mayor cercanía con quienes ocuparon los asientos en cancha.
Al ver a este trío en escena, no es difícil pensar que entre ellos hay una química sabrosa, como de compadres de toda la vida, que incluso se podría dar fuera del escenario, actitud de vida que al final agradecieron las miles de personas reunidas en la Arena Monterrey.
Por: Vicente Guerrero