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¿Qué pasa cuando una estrella pop viaja al espacio? Que regresa a la Tierra con un show de otro mundo. Katy Perry no solo rompió barreras físicas al formar parte de una misión espacial histórica, también cruzó fronteras emocionales cuando eligió México para arrancar su nueva gira. Y lo que vivimos en la Arena Ciudad de México fue una experiencia más allá de lo musical. Fue una celebración de todas sus versiones, y también de las nuestras.
¿Qué pasa cuando una estrella pop viaja al espacio? Que regresa a la Tierra con un show de otro mundo. Katy Perry no solo rompió barreras físicas al formar parte de una misión espacial histórica, también cruzó fronteras emocionales cuando eligió México para arrancar su nueva gira. Y lo que vivimos en la Arena Ciudad de México fue una experiencia más allá de lo musical. Fue una celebración de todas sus versiones, y también de las nuestras.
Sí, leíste bien. Katy Perry fue al espacio. Y no solo eso: lo convirtió en inspiración para uno de los shows más espectaculares con los que ha pisado México. El pasado 14 de abril de 2025, la cantante fue parte de la misión NS-31 de Blue Origin, marcando historia como integrante de la primera tripulación exclusivamente femenina en un vuelo espacial. Aunque la travesía duró apenas unos 10 minutos, fue suficiente para que Katy regresara a la Tierra con la cabeza llena de ideas… y el corazón listo para cantar.
Una entrada de otro planeta
Inspirada por su aventura espacial, Katy eligió la Ciudad de México como punto de partida para su nueva gira: The Lifetimes Tour. Y vaya que lo hizo con estilo. Desde que apareció en el escenario de la Arena Ciudad de México, emergiendo desde una plataforma futurista que parecía levitar, el público supo que no era un concierto cualquiera.
Pantallas gigantes, luces interdimensionales y una estética sacada de The Matrix o Terminator —todo parecía diseñado para transportarnos a otra galaxia. Más de 30 pantallas envolvían la experiencia. Fue un viaje sonoro y visual sin despegar los pies del suelo… bueno, casi.
Música, recuerdos y emociones compartidas
La noche arrancó con “Artificial”, de su nuevo álbum, y de ahí en adelante fue un torbellino de emociones. “Dark Horse” y “California Gurls” desataron la euforia colectiva. Cada canción traía consigo una etapa distinta de su carrera, y eso fue justo lo que quiso transmitir Katy: una invitación a recorrer juntas todas sus versiones.
“Desde mi primer álbum hasta el último, espero que se la pasen bien”, dijo, entre ovaciones. Y sí, nos la pasamos increíble.
Una Katy muy mexicana (¡y muy nuestra!)
Uno de los momentos más entrañables llegó cuando Katy habló en español. Frases como “¡Ay, Dios mío!”, “¡Viva México!” y su ya legendario “¡Soy la Tía Katy!”, conquistaron los corazones del público. No faltó quien gritara: “¡Katy, hermana, ya eres mexicana!”, a lo que ella respondió con una gran sonrisa. Esa conexión, tan natural, fue pura magia.
Un show con alma y cuerpo
Además de los visuales impactantes y la vibra interestelar, Katy estuvo acompañada por una banda en vivo de seis músicos y un cuerpo de bailarines con lentes de realidad virtual que hicieron del escenario un universo en constante movimiento. Cada elemento estuvo pensado para contar una historia: la de una artista que se reinventa, pero siempre regresa a conectar con lo más humano.
México, un lugar especial en su órbita
Katy no paró de repetirlo: “Muchas gracias, México”. Lo dijo entre canciones, lo dijo al final del show, lo dijo con cada gesto. En más de una ocasión mencionó lo especial que fue comenzar su gira aquí, en un país donde el cariño de sus fans la hace sentir en casa.
Y todavía le quedan dos fechas más en CDMX, antes de viajar a Monterrey. Pero algo es seguro: con este show, Tía Katy no solo regresó del espacio, también aterrizó directo en nuestros corazones.
* Este texto fue revisado por una inteligencia artificial (IA).
Foto: @katyperry