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27 septiembre, 2023En la segunda temporada de su podcast “En Boca Cerrada. Lo que nunca se dijo sobre el caso Trevi-Andrade”, María Raquenel Portillo, antes conocida como Mary Boquitas, habló sobre la muerte de Ana Dalay, la hija que tuvieron juntos Gloria Trevi y Sergio Andrade.
La ex corista de Gloria Trevi comienza su relato con los intentos fallidos de Karola y Marlene de huir, cuando se encontraban lejos del escándalo en Brasil, pero que finalmente se vieron obligadas a regresar por el fuerte imán hacia Sergio, aunado a que siempre las amenazó con suicidarse, su amo cada vez perfeccionaba sus castigos y control.
Además, destacó que Gloria Trevi quería vivir sola con Sergio Andrade y tener una familia normal, pero que el maestro no estaba dispuesto a hacerlo porque su verdadero deseo era comprar una isla y vivir lejos del escrutinio con el harem que había creado. Dice que a lo más que llegó fue a decirles: “Aquí en esta casa ya somos como una familia en la que yo soy el papá y Gloria la mamá, y todas deben obedecernos como buenas hijas”.
Raquenel destaca en su relato que Andrade era un devoto admirador de ver documentales de culto en televisión, como los realizados por David Koresh; y que incluso quería jugar a ser Dios ante los problemas legales que enfrentaron para el bautismo de Ana Dalay porque no estaba registrada. Él mismo llevó a cabo una ceremonia poco común, usó agua bendita y junto sus manos “con los dos dedos pulgares como pistola” en preparación para llevar a cabo la presentación de su hija. Como creía que él era quien tenía “el alma más inocente”, tomó la decisión de encabezar el raro oficio. También la eligió como madrina, lo cual la hizo feliz.
Pero esta felicidad fue pasajera porque después de un prolongado “juicio” a una de las chicas, llegó un hecho terrible y doloroso: la muerte de la inocente niña en su cuna.
Gloria parecía cada vez más incómoda, como si la intuición de madre le estuviera diciendo algo. Incluso interrumpió en varias ocasiones al productor, pero “sin atreverse a levantarse, hasta que finalmente Sergio, muy molesto, detiene su interminable discurso y le dice con cara de fastidio a Katia: “Ándale ve y trae a Ana Dalay”. La joven obedeció y luego de tomarse un tiempo regresó y se paró helada, en medio de la habitación. Portillo enfatizó: “Nunca olvidaré la escena”.
Fue la única vez, según María Raquenel, que notó a Sergio vulnerable, temblando y conmocionado por lo sucedido.
Mary dejó en claro que menciona a Ana Dalay con el mayor respeto y que no podía evitar el tema, particularmente a la luz de las terribles acusaciones que ella ha enfrentado con respecto a la muerte de Ana Dalay.
“La veo dormida, la veo arrullada por una docena de ángeles. La veo soñando y la sueño despierta. La sueño con inmensa nostalgia y con inmenso respeto, porque su partida fue injusta e innecesaria”, se refirió sobre Ana Dalay.