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15 julio, 2020En su catálogo Netflix presenta “Mucho mucho amor: La leyenda de Walter Mercado”, que ha causado conmoción entre sus fanáticos, y dicho sea de paso se ganó la crítica a Eugenio Derbez por su parodia de Walter con Julio Esteban, aunque él mismo aclara que fue un homenaje.
El ícono de la televisión hispana es recordado por su clásica frase:”Reciban de mí siempre mucha paz, pero sobre todo mucho, mucho amor”, que inspira el título de su documental.
Walter explica en el documental producido por Alex Fumero y la dirección de Cristina Costantini y Kareem Tabsch, “que “Solo quería mandar un mensaje positivo al mundo”.
De ser una figura muy vista en las pantallas por sus prediciones y horóscopos, de pronto desapreció por años.Su semiretiro fue por el asunto legal de recuperar su nombre, lo que le representó perder millones de dólares.
El mismo Walter y sus allegados relatan qué pasó con su marca y la traición que recibió de su manager Bill Bakula y aunque este es presentado como villano, realmente forjó la fama mundial del astrólogo y la monetización de su marca con la publicación de sus horóscopos en más de 150 diarios de Estados Unidos, así como la organización de giras, su propio talk show y línea telefónica astral. Walter consideraba la llegada de Bakula a su vida como una bendición, pero la puñalada llegó con la firma de un contrato leonino y el control total vitalicio de su nombre.
En el documental Bakula no mostró arrepentimiento del acuerdo:”Él firmó algo y recibió un dinero que aceptó a cambio. Fue una venta, no un alquiler”.
Pero Walter era Walter, con la autorización o no de Bakula, el astrólogo puertorriqueño se creó él mismo con una imagen andrógina, parecía un hombre y también una mujer.Su maquillaje y peinado perfecto, exquisitas joyas, vestuario bordado con lentejuelas brillantes y capas espectaculares le dieron en conjunto un aura de super héroe que vaticinaba el futuro a las más de 120 millones de personas que lo seguían por televisión.
Sus poderes los descubrió al sanar un pájaro con solo tocarlo y de la misma manera improvisada inició su personaje, porque participaba en la promoción por Telemundo Puerto Rico de una puesta en escena en donde su vestuario era una gran capa y sortijas, pero el invitado especial, que era Camilo Sesto, no llegó, entonces el productor Elín Ortiz le pidió hablara de lo que más sabía; la astrología y gustó tanto que se le propuso formalizar el segmento. El resto fue historia, Walter se mudó a Florida en 1980 y se unió a Univisión, ya para la década de los 90’s era el personaje más famoso de los astros.
Su fama creció así como su colección en vestuario,la capa más preciada era una que tenía del diseñador Gianni Versace.
Walter, quien un tiempo se hizo llamar Santi Ananda, recuperó su nombre a sus 80 años de edad, pero ya era demasiado tarde para su regreso a los escenarios. Su última convivencia con su público la tuvo durante una exposición en su honor en el Museo History Miami, cientos acudieron a conocerlo y tomarse fotos con él, los complació a todos.
A un año de su muerte por una insuficiencia renal, con 87 años, Walter dijo por última vez su clásica bendición en la entrevista que dio a Jorge Ramos para su programa de Facebook Watch, Real America, que también forma parte del documental.
En la charla con Ramos destacó que nunca sintió la necesidad de hablar acerca de su sexualidad, a pesar de que en su época prevalecía el machismo y la homofobia.
“Soy quien soy y lo que la gente ve es lo que soy. La gente quiere saber si soy heterosexual, homosexual, metrosexual, bisexual… a mí no me interesa. Lo importante es que soy un ser humano y acepto a la gente como otros seres humanos y la gente me ama por lo que soy. Aquí estoy, soy lo que soy. Eso es todo”, dijo el astrólogo contundente.
Su asistente, Willy Acosta negó que entre ellos ocurriera algo físico. Walter afirmaba que no tenía a nadie en su vida, que canalizó su energía sexual “en el bien de la humanidad orando por tanta gente que me pide ayuda”.
El cineasta Alex Fumero, productor del documental destacó su valentía por surgir, ya que él era un ícono poco probable de la comunidad latinoamericana.
“Esta es una cultura que ha estado dominada por el machismo y la homofobia por mucho tiempo. Para alguien que jugó sin pudor con el género y la sexualidad y mantuvo siempre una especie de misterio… él fue realmente valiente”, opinó.
Lo recuerda como una persona extremadamente amable. “Era una de las personas más cariñosas. A su lado, uno se sentía bien”.