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Este 21 de octubre, Kevin Federline lanza You Thought You Knew, un libro donde promete contar “su verdad” sobre la relación que tuvo con Britney Spears. Pero lejos de parecer una reflexión madura o una búsqueda de reconciliación, el contenido ha sido percibido por la cantante como un nuevo ataque.
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En el libro, Kevin lanza duras acusaciones: habla de supuestos episodios de consumo de sustancias durante la lactancia, de comportamientos erráticos frente a sus hijos, e incluso de haber bebido mientras estaba embarazada. Para Britney, esto no solo reabre heridas, sino que es una forma cruel de manipular la narrativa.
“El abuso no terminó con el divorcio”, expresó Britney en un comunicado. Con la voz quebrada por la tristeza y la rabia, confesó que lleva años sintiéndose alejada de sus hijos. Uno de ellos apenas la ha visto 45 minutos en todo el año; el otro, cuatro veces en cinco años.
A través de un extenso mensaje en redes sociales, Spears expuso cómo siente que es tratada igual que durante su tutela: aislada, marginada y juzgada.
“Les encanta hacerme sentir sola. Me tratan como lo hacía mi padre.”
Pero no todo fue dolor. Britney también compartió su deseo profundo de sanar. Anunció que se compró un pequeño invernadero de cristal, una mini casa de sanación donde planea cultivar lavanda, menta, manzanilla y reconectar con la tierra.
“No, no es marihuana. Son hierbas que huelen delicioso… Voy a ensuciarme las manos con la tierra y no me importa. Me siento liberada.”
Aún así, no ocultó su decepción por el libro de su exesposo.
“Sé que su libro venderá más que el mío. Pero si realmente amas a alguien, no lo humillas públicamente. Lo que me asusta es lo convincente que puede parecer mientras me destruye con una sonrisa.”
La intérprete de Toxic también cuestionó por qué, si sus hijos supuestamente la quieren, la han mantenido fuera de sus vidas, incluso en fechas especiales.
“¿Por qué no me invitaron al cumpleaños de mi hijo, en mi propia casa de Luisiana? Me llamaron una vez en seis años.”
En medio de la tormenta, Britney busca paz. Pide contacto humano, comunicación real, y en su próximo cumpleaños, solo desea no tener que volar a ninguna parte.
En su mensaje final, queda claro que, más allá de las controversias y los libros, hay una mujer que sigue intentando sanar:
“Estoy liberada… y aunque no soy perfecta, también merezco ser amada incondicionalmente.”
*Este texto fue revisado por una inteligencia artificial
