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12 octubre, 2022Javier Camarena, tenor mexicano y figura indiscutible del bel canto en las más importantes casas de ópera del mundo, hizo con su voz que los regiomontanos pasaran una velada memorable en la Arena Monterrey con el espectáculo “Tiempo de Cantar”.
Dotado de un extraordinario instrumento vocal, Camarena dio cátedra de versatilidad, potencia y sensibilidad al otorgar una espléndida muestra de su calidad interpretativa, la que lo ha llevado a ser catalogado como el Cantante Masculino del Año por la organización internacional Opera Awards.
Definir el espectáculo podría ser en la categoría de bálsamo para los corazones, pues con su melodiosa voz llevó hasta la emoción de las lágrimas a más de una persona, al llevarles de la mano por pasajes del repertorio clásico de la ópera, pasando por la música popular mexicana y hasta cerrar con música de mariachi.
El martes fue la oportunidad para atestiguar cómo es que, de la mano de La Súper, orquesta filarmónica integrada por exalumnos, alumnos y maestros de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, bajo la batuta del reconocido pianista y director mexicano Abdiel Vázquez, Camarena puede llevar por caminos de belleza a una audiencia.
Si bien la respuesta en número no fue la ideal para recibir este gran obsequio para la Ciudad, quienes asistieron se llevaron a casa una caricia musical que dejará marcada el alma por un cierto tiempo.
En el marco de celebración por los 45 años de fundación de La Superior y tras casi tres años de ausencia en tierras regias, el afamado tenor presentó un programa en el que incluyó “Una furtiva lágrima”, de Gaetano Donizetti (1797-1848) y “La Donna é Mobile”, de la ópera “Rigoletto”, de Giuseppe Verdi (1813-1901).
Emocionado, Camarena se dirigió al público: “¿Qué tal su orquesta? Porque, ¿sí saben que es de todos ustedes? La Superior celebra 45 años y da testimonio de los músicos que está formando”, dijo, al término de la interpretación de la “Obertura a Guillermo Tell”, de Gioachino Rossini (1792-1868).
“Funiculi Funiculá”, de Luigui Denza (1846-1922), también fue parte de la velada, y en ella, el tenor nacido en Xalapa, Veracruz, el 26 de marzo de 1976, hizo cantar a la entusiasta audiencia.
“O Sole mío”, de Eduardo Di Capua (1865-1917) se integró en la lista, al igual que “Bolero”, de Maurice Ravel (1875-1937).
Enfundado en un saco blanco, Camarena brindó un segmento de música popular, en el que dejó en evidencia que no solo es experto en la especialidad operística, sino que incluye en su espectáculo una variada muestra de sus alcances vocales con los que hizo que melodías como “Bachata Rosa”, “Contigo en la Distancia”, “Perfume de Gardenias” y un popurrí del fallecido José José, tomaran una nueva dimensión.
La ovación de pie del público fue la palpable muestra del respeto que Camarena se lleva del público de Monterrey, pues canciones como “Volcán”, “Gavilán o Paloma”, “Lo que no fue no será”, “Ya lo pasado, pasado” y “El Triste” fueron interpretadas con un ímpetu grandilocuente.
El escenario de la Arena Monterrey se pintó de verde, blanco y rojo para recibir al Mariachi Tecalitlán de Monterrey que subió al entarimado para interpretar “El Son de la Negra” y a acompañar al tenor para ofrecer”La Bikina”, “A la luz de los Cocuyos” y “México, lindo y querido”.
El público, ya entregado a Javier Camarena, lo hizo regresar para que ofreciera dos encores; tras la interpretación de “Danzón No. 2”, de Arturo Márquez, el tenor hizo gala nuevamente del bel canto con el que ha sido categorizado como el cantante más importante de su generación, cuando interpretó “Con te partiró” y “Nessum Dorma”, de la ópera “Turandot”, de Giacomo Puccini, una gran celebración vocal que quedará para la historia del arte en Monterrey.
Por Vicente Guerrero