Un lugar en silencio: Parte II. Sacude las emociones

John Krasinski ideó para la segunda entrega de Un lugar en silencio Parte II un estimulante cóctel de sobresaltos en la butaca y un terror que hará al espectador detener la respiración por momentos y luego continuar observando las hazañas de la familia Abbott.

Forzados a aventurarse en lo desconocido, la familia se da cuenta rápidamente de que las criaturas que cazan por medio del sonido no son las únicas amenazas que acechan más allá del camino cubierto de arena, se escribe en la sinopsis de la película que se estrenó en salas IMAX y el 9 de junio en salas tradicionales.

La primera parte se pudo ver el año pasado por Netflix, justo en los meses de mayor intensidad de la pandemia y fue un agasajo para quienes gustan del género, pero esta vez, verla en pantalla grande en una sala de cine, el espectáculo crece.

Si en la primera parte Millicent Simmonds, en su papel de la joven sorda Regan Abbott, fue capaz de crear para ella y su familia un lugar seguro, a salvo del ataque de los seres alienígenas que han destruido su entorno, en esta ocasión, su trabajo irá más allá y buscará acabar definitivamente con la plaga venida de lejos.

Krasinski, quien también actúa en el filme en las primeras escenas, hace un guiño en la historia para dejar ver al espectador lo que pasó el día 1 con la llegada de estos seres malignos y a partir de ahí centra su atención en el rol de la joven.

En la primera parte, la cinta ofrece la forma en la que la familia escapa de los seres extraños con uno y mil métodos crearon para protegerse de estos asesinos a los cuales no se les conoce el propósito de su exterminio en la tierra.

Lo que se sabe es que estos monstruos son hipersensibles a cualquier ruido, por lo que el crujir de hojas o de algún movimiento brusco hará aparecer a los seres horrendos para que los personajes sufran lo indecible con tal de mantenerse a salvo.

La lucha por la sobrevivencia de este clan se torna en la sala de cine, se convierte en la de todos los espectadores que vayan a la sala del cine (desde ya se puede ver en formato IMAX) y hacen rogar al Creador que ya desaparezcan de una vez por todas estas criaturas.

El director aún no ofrece al espectador mucha información del origen en la tierra de estos seres; lo que se sabe es que, además de ser sensibles al ruido, el agua les impone un obstáculo importante en su intento por acabar con los humanos de la comarca.

Es una película que no es apta para cardiacos, pues la sucesión de escenas dramáticas se convierte en un alud de terror al máximo que cuenta de nuevo con la interpretación de Emily Blunt y Noah Jupe, como Evelyn y Marcus, respectivamente, madre e hijo, que ahora lucharán cuerpo a cuerpo con endiablados seres para proteger al bebé Abbott.

¿Preparados para una siguiente entrega? No se sabe, mientras tanto, a aprovechar que ya se puede ir a las salas de cine, ordenadamente y con medidas de bioseguridad obligatorias.

Por Vicente Guerrero