Farrah Fawcett, el afiche en la pared
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22 noviembre, 2009Su timidez se eclipsaba y brillaba cada que hacía lo que más amaba: la gimnasia, para los jueces ella era el 10 perfecto, sin embargo Nadia Comaneci, la gran leyenda rumana olímpica, cree que la perfección no existe.
Su empeño deportivo la llevó a ser la primera gimnasta en lograr un 10 perfecto en los Juegos Olímpicos Montreal 1976, llevándose tres medallas de oro, a sus 14 años de edad.
“Yo repetía una rutina que estaba en mi mente y siempre se podía hacer mejor. Quizás he sido la mejor durante un tiempo… pero, ¿para qué necesitamos ser perfectos? Claro que, si reviso mi vida actual y veo lo que tengo y que me divierte todo lo que hago, entonces puedo decir que es perfecta”, menciona.
Los medios crearon un mito, se creía que en realidad sufría mucho para prepararse en las competencias, sin embargo para ella, más que un sufrimiento, era algo que disfrutaba.
“Creo que esa es una idea creada por los medios de comunicación. “Pobre, tiene que trabajar muy duro”, decían. Pero yo estaba encantada. Me gustaba ganar, competir y entrenar. Algunas veces era más duro que otras, pero a mí me gustaba hacerlo”.
Nadia prefiere no recordar el pasado, ni su polémica salida de Rumania para llegar a Estados Unidos, hoy prefiere hablar de su presente y no de los malos recuerdos.
La historia dice que el tirano Ceaucescu, temeroso de que fugara Comancei, ordenó intervenir su teléfono y correspondencia, pero tras pagar 5,000 dólares por la aventura que le dio la libertad, Nadia cruzó el Atlántico, se casó, obtuvo la nacionalidad estadounidense y fijó su primera residencia en Montreal, sede de los Juegos Olímpicos del 76, en donde empezó su gloria.
A sus 14 años obtuvo la puntuación máxima siete dieces, ante la limpieza de su trabajo los jueces tuvieron que marcar 1.00
“(Los recuerdos) simplemente están en el pasado, ocurrió hace mucho tiempo y han desaparecido. Prefiero pensar en lo bueno”.
No hay quien no conozca quien es Nadia Comaneci, en nuestra mente está esa pequeña niña, de rostro ojeroso y agilidad sorprendente, ni la misma Nadia hoy ha podido superarla.
Siete veces logro el diez, en su carrera sumó cinco medallas de oro, pero fue en los 80´s, a sus 18 años, que su gloria se opacó al acumularse lesiones en su cuerpo y por el sobrepeso que le llegó con la adolescencia.
Pero algo tuvo Nadia para cambiar el gusto por la gimnasia en todo el mundo en esa época, niñas y adolescentes deseaban ser como ella, los jóvenes agregaban su imagen al lado de los afiches de Farrah Fawcett, el tiempo hizo lo que siempre, olvidamos a Nadia, pero siempre viene a nuestra memoria en cada Olimpiada.